Las almohadillas amortiguan el impacto del peso de tu perro, y le ayudan a mantener el equilibrio.
Si sueles pasear con tu perro puede que alguna vez hayas tenido que curar alguna herida de sus almohadillas (por exceso de calor, exceso de agua, elementos punzantes, …)
Por ejemplo, el asfalto es un material que absorbe el calor. Un día caluroso de verano, con fuerte irradiación, puede llegar a calentarse ¡hasta los 70ºC!.
Nuestro primer consejo es que en horas de calor no saques a tu perro a pasear.
Este punto es especialmente importante si tienes pensado hacer largas rutas durante el verano, en que tu perro puede pasar la mayor parte del día caminando por un terreno al que no está acostumbrado, y nadie quiere que su perro pase por el dolor de cortes, grietas, … o desgastes excesivos de sus almohadillas.
Te diremos, como curiosidad, que existen zapatillas para perros. Algunas más especializadas que otras. Deberías plantearte esta posibilidad si tu perro va a hacer largas caminatas durante muchos días seguidos (como, por ejemplo, si te lo llevas a hacer el camino de Santiago contigo) en otros casos no hace falta tanta protección.En caso de que hayas descartado las zapatillas, si planeas unos días de trekking, senderismo, largos remojos en el mar, … unos días antes, puedes comenzar a aplicarle algún producto para el curtido y fortalecimiento de las almohadillas. Estos productos suelen incluir componentes curativos de modo que puedes llevarlos en tu neceser y aplicarlos a diario a modo de prevención y tratamiento. Como siempre, te recomendamos que lo consultes con tu veterinario, pero puedes encontrar este tipo de producto de marcas como Menforsan (8-10€), CaniSport (8-9€), DogSalve (8-9€), …
Puedes hidratar sus almohadillas por la noche, cuando esté relajado, o bien antes del ejercicio. Puede ser muy agradable si le enseñas que esta rutina es un momento para estar juntos y recibir caricias y premios. Las mismas marcas antes citadas tienen productos destinados a este fin, pero hay quien prefiere usar un poco de vaselina (sobretodo antes de un largo baño en playa, piscina o rio).Como apunte: no solo hay que cuidar las almohadillas, su trufa es también muy sensible y protegerla de la sequedad y el agrietamiento.
Esta medida es especialmente importante en verano, pero te recomendamos que la mantengas durante todo el año.
Procura estar atento al terreno que va a pisar tu amigo, vigilando que no haya cristales, ni elementos punzantes. Y si has pasado por una zona de riesgo, revisa sus almohadillas al llegar a casa.Si tu perro tiene mucho pelo entre las almohadillas, puedes añadir a tu rutina de cuidados el recortar este pelo con cuidado, así evitaras que se puedan enganchar espigas, trozos de plantas, objetos pegajosos o punzantes, etc.
Si observas que, pese a los cuidados, tu perro ha sufrido algún corte o quemadura, no le fuerces a andar demasiado, dale unos días de reposo, aplícale blastoestimulina (que es mano de santo) y consulta con tu veterinario.
Ten en cuenta que al igual que cada perro es distinto, sus almohadillas también lo son. Si tu amigo está acostumbrado a salir en ruta tiene menos probabilidades de sufrir heridas que un perro que tenga la piel menos curtida. Tu mejor que nadie conoces a tu perro, aplica el sentido común y a disfrutar.
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Este artículo ha sido revisado por el equipo de profesionales de la Clínica Veterinaria VetZoo de Sabadell.
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